Talento tico llega a agencia espacial alemana
Redacción La República redaccion@larepublica.net | Sábado 05 octubre, 2013
Costarricense destaca como investigador
Talento tico llega a agencia espacial alemana
El estudio de ingenierías abre puertas a nacionales
Pese a los problemas económicos, Julio César Ramírez se abrió campo en un mundo de tecnología y hoy es un ejemplo que muchos estudiantes de ingenierías pueden seguir.
Él es un tico en la Agencia Espacial de Alemania, quien trabaja en comunicaciones ópticas, como investigador de la agencia espacial.
Trabaja en la transmisión óptica en el espacio libre, para aplicaciones aeronáuticas y aeroespaciales, el primer objetivo es establecer comunicación con aeronaves a rangos que van de 40 a 60 kilómetros y en una segunda etapa con satélites.
La idea es crear una red de comunicación global a nivel satelital, no solo como GPS sino servicios con video para análisis en campos como geografía, meteorología y corrientes marítimas.
Este ingeniero electrónico de 30 años se graduó en el Instituto Tecnológico de Costa Rica y cursó un doctorado en ingeniería electrónica en Italia, gracias a una beca y el esfuerzo económico.
Su familia es una mezcla de inmigrantes de El Salvador y Guatemala por lo que su infancia fue difícil, este joven soñaba con las tecnologías, mientras pasaba los días en un CEN CINAI, en San Pedro.
Los primeros años de colegio los cursó en el Liceo Anastasio Alfaro y después pasó a otro colegio público en Santa Ana, pero la recomendación de un profesor de ciencias lo llevó a un centro privado para tener más desarrollo del idioma y la ciencia.
Viajaba a diario desde Santa Ana hasta el trabajo de su madre en una biblioteca en San Pedro y pasaba las tardes entre libros esperando la salida para ir a casa, lo que le representó un gran sacrificio por varios años, pero lejos de querer desertar, siguió esforzándose.
Tras ser admitido en el Tec en Cartago, sus viajes aumentaron pues a diario tomaba buses para ir desde su casa hasta el Instituto, desde las 7 a.m., hasta altas horas de la noche que volvía de estudiar.
La oportunidad de viajar a Italia llegó hacia el final de los estudios, tras leer en una pizarra en el aula la ficha con la información, esa fue su señal para buscar los fondos económicos para irse a Europa.
Luego de estar seis meses, le ofrecieron una beca para seguir otros seis meses más, su trabajo fue la carta de presentación que le permitió ingresar a la Estación Espacial en Alemania.
“Es una carrera de sacrificio y mucho estudio, para aprender y conocer lo necesario para lograr las metas profesionales, que a veces parecen imposibles”, explicó Julio César Ramírez, investigador en Estación Espacial.
Su caso es un ejemplo para los estudiantes de centros tecnológicos en el país, pues los profesionales son cotizados a nivel internacional.
Angie Calvo
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