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Domingo, 24 de noviembre de 2024



COLUMNISTAS


Te la debo, Dayana

Marilyn Batista Márquez mbatista@batistacom.com | Miércoles 03 julio, 2024


No conocí personalmente a Dayana Hernández González, activista y fundadora de la organización Transvida. Solo tuve una larga conversación telefónica con ella en el 2022, suficiente para conmoverme.

Todavía me retumban en la conciencia y en el corazón las palabras de Dayana cuándo a manera retórica me preguntó “¿qué mal le hacemos las trans a la sociedad? no somos malvadas, no somos delincuentes; somos seres con las mismas necesidades y obligaciones que los demás, pero no con los mismos derechos…”. Este párrafo fue parte de la conversación entre ella y yo, que escribí en Revista Petra.

Como en general la sociedad no acepta a las personas trans, éstas han sido víctimas perennes de maltratos físicos y verbales, que van desde golpizas, apuñalamiento, violación, hasta muerte por razón de su selección de género. Este discrimen las ha acorralado hasta llevarlas a ejercer el único trabajo que le han permitido: la prostitución.

Con frenesí, en nuestra conversación telefónica, Dayana me pidió una sola cosa “ayúdenos a conseguir trabajo, el que sea, limpiar piso, cocinar, atender el teléfono, cualquiera que sea digno”

Esta situación de discrimen se vive en todos los países del mundo, pero es América Latina, según el Observatorio de Personas Trans Asesinada, la región que manifiesta el mayor odio hacia los miembros de esta comunidad. Nuestra región es la responsable del 78% de los asesinatos de las trans en el mundo.

Las normas socioculturales siguen marginando y excluyendo a las personas lesbianas, gays, bisexuales, trans y de género diverso de la educación, la atención sanitaria, la vivienda, el empleo y la ocupación, y otros sectores. Este entorno de exclusión se presta a la violencia y la discriminación. La exclusión también conduce a la desigualdad de oportunidades y de acceso a los recursos. Pero la forma más frecuente de marginación y exclusión es el acceso de las personas LGBT al trabajo digno.

Informes de la organización de Naciones Unidas sostienen que, en el mundo laboral, las personas LGBT se enfrentan a la discriminación y los abusos en todas las regiones y en todas las etapas del ciclo de empleo: contratación, promoción, formación, indemnización y despido, y en la aplicación de los beneficios en todo momento. Como consecuencia, las personas LGBT se ven obligadas a ocultar su orientación sexual e identidad de género, lo que puede provocar una considerable ansiedad y pérdida de productividad, y en casos extremos, por temor a morir de hambre, acuden a la prostitución. Las trans, como no ocultan su identidad sexual, son las más proscritas.

Después de dos años de mi conversación con Dayana, me entero de su muerte el 1ro de julio. Me duele tanto no haber podido cumplir el compromiso de ayudar a algunas de las chicas trans a conseguir trabajo. Lo he intentado dialogando con representantes de grandes, medianas y pequeñas empresas, pero la respuesta -en resumen- es siempre la misma: “no estamos preparados para reclutar a una trans”. Presuntamente temen al conflicto que pueda surgir entre los compañeros de labor y el rechazo de los clientes.

Dayana, te la debo, …pero mi compromiso sigue en pie. Seguiré escribiendo de la igualdad y la inclusión. Seguiré insistiendo y mostrando que las personas trans no contagian enfermedades, no tienen en su ADN comportamientos agresivos, lujuriosos; no son perezosas, irresponsables, ignorantes ni conflictivas. En fin, seguiré comunicando, la frase de Hillary Clinton “Los derechos de los homosexuales son derechos humanos y los derechos humanos son derechos de homosexuales”.

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