Técnicos grandes son quienes trabajan con las uñas

Cuando el presidente de la Federación de Fútbol, Osael Maroto anunció que Gustavo Alfaro sería el nuevo técnico de la Selección Nacional y que vendría a trabajar al país con seis asistentes, un periodista preguntó qué porqué tantos y de inmediato el federativo Jafeth Soto le respondió que no se inquietara por eso, porque José Mourinho trabaja con 18.

Suponemos que Pep Guardiola, Carlo Ancelotti, Luiz Enrique, Jürgen Klopp, Diego Simeone y Xavi también.

Cuando la FIFA empezó a disparar dólares a diestra y siniestra, uno de los gremios más favorecidos en el renglón de recibir salarios millonarios en dólares, fue el de los técnicos, quienes hipócritamente nos hablan de trabajar en una “profesión sacrificada”.

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Admiro a técnicos como Claudio Ranieri, que de la nada y sin contar con estrellas en su equipo, hizo campeón de la Premier al Leicester City en la temporada 2016, dejando huella en la institución, la misma que dejó Jorge Luis Pinto en Alajuelense y la Selección Nacional.

El 90% de los futbolistas que el colombiano entrenó en la Liga, lo han considerado como el mejor técnico que han tenido en su carrera y hablamos de figuras como Mauricio Montero, Javier Delgado, Luis Antonio Marín, Wilmer López y otras.

No valoro mucho los títulos que logran estrategas de renombre, con nóminas repletas de estrellas. No debe ser muy difícil conquistar coronas, teniendo en el equipo a los mejores futbolistas del mundo.

Por eso admiro al técnico que hace cacao sin chocolate y triunfa derrotando a los grandes, hincando colosos, pasando por encima de astros multimillonarios, gracias a sus conocimientos y estrategias, no siempre reconocidas por la prensa deportiva mundial.

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Se marchó Luis Fernando Suárez, amigo leal de Rodolfo Villalobos y Jafeth Soto, tripleta que hizo y deshizo en ruta al 7-0 que nos clavó España en el Mundial, donde la Tricolor ocupó el lugar 27 entre 32 equipos, gestora del oscuro negocio que se descubrió milagrosamente en la frontera con Irak.

Otorguémosle al técnico Suárez, el descubrimiento y la oportunidad que dio de actuar a una generación de jóvenes futbolistas, su mérito y herencia, con sus caras más representativas como Brandon Aguilera y Anthony Contreras.

Toca el turno de trabajo a Gustavo Alfaro y su media docena de asistentes y nos corresponde respetar su espacio y esperar los acontecimientos.

¡Panamá tiene la palabra!

gpandolfo@larepublica.net