Algunos productores nacionales tendrán que ponerse vivos, ante mayor competencia
TLC con China, el consumidor gana
¿Exportar a China? ¡Suerte!
Redacción La República redaccion@larepublica.net | Jueves 09 junio, 2011
El consumidor será el principal beneficiado con el tratado de libre comercio con China, cuyos efectos para Costa Rica se darán principalmente en las importaciones, de las cuales las más importantes incluyen ropa, calzado y electrodomésticos.
El acuerdo también reduce las barreras a las exportaciones costarricenses; sin embargo, es poco realista esperar que los productores de este país puedan vender más a China.
Por su parte, algunas empresas nacionales tendrán que hacerse más eficientes, para mantener su participación en el mercado local, ante una mayor competencia de los productos chinos.
A partir de la entrada en vigencia del tratado, aprobado la semana pasada por la Asamblea, podrán entrar libres de aranceles de forma inmediata distintos productos chinos, como el calzado deportivo, algunas variedades de prendas de vestir y varios aparatos eléctricos.
Otros bienes de consumo entrarán libres de impuestos, en los próximos años, según los términos del acuerdo.
La eliminación de los aranceles a varios productos chinos debería procurar que su precio al consumidor bajara; actualmente muchos de estos pagan un impuesto a la importación del 15%, mucho más en algunos casos.
El tratado además favorecerá a varios productores nacionales, como los de prendas de vestir, al eliminar el arancel a la importación de muchos tipos de tejido chino, así como a los transportistas, dado que el arancel desaparecerá para la importación de buses y busetas.
En lo que a la competencia con la producción local se refiere, la negociación del tratado dejó protegidos a varios productores, como los de frijol. Aun con la eliminación del arancel en un periodo de diez años, las importaciones chinas se encontrarán sometidas a una cuota, de modo que solo pueden importar el grano aquellos que primero compren el frijol nacional.
De igual forma, el tratado mantiene la protección arancelaria o de cuotas, que actualmente reciben varios productos nacionales, como el arroz, atún enlatado y varios tipos de salsas, así como lácteos.
Por otro lado, el acuerdo reducirá las barreras a la importación de otros productos chinos, que competirían con los nacionales, desde el pollo hasta los colchones.
En su mayoría, esta categoría está conformada por varios productos chinos, que actualmente pagan un arancel del 15%, el cual será reducido paulatinamente durante diez años.
La gran mayoría de los productos actual o potencialmente importados desde China ya pueden ser traídos a este país con bajos aranceles o sin ellos, de modo que su situación quedará igual.
China es el segundo país al que Costa Rica más le compra, con importaciones por $980 millones en 2010, compuestas por una amplia variedad de productos, de los cuales los más importantes son los textiles y la confección.
Por su parte, las exportaciones de Costa Rica hacia China no sufrirían mayor cambio con la implementación del tratado.
En buena teoría, hay varias bondades de un acuerdo comercial de este tipo con China, la principal es el acceso más ágil a un mercado de 1.300 millones de consumidores, tal como lo han señalado las autoridades de Comercio Exterior.
Sin embargo, el nuevo tratamiento a los bienes costarricenses en el mercado chino no alcanza para superar los obstáculos comerciales que tienen los productos nacionales para competir en el mercado asiático, tales como costo, distancia y tamaño de la oferta.
De las exportaciones nacionales actuales al resto del mundo, el 60% lo constituye el sector agrícola, del cual el 75% lo integran productos perecederos, que son difíciles de transportar en distancias largas.
Mientras tanto, los chinos se encuentran rodeados de países vecinos, como Filipinas e Indonesia, donde es posible encontrar los productos agrícolas que se exportan desde Costa Rica.
Otro obstáculo a la exportación tiene que ver con el nivel de oferta, la mayoría de las empresas costarricenses son pequeñas, de modo que pocas serían capaces de suplir la demanda de los importadores chinos.
A esos obstáculos, se suman las vastas diferencias en las respectivas culturas y en los hábitos de consumo, así como la fuerte competencia que existe en el mercado chino de parte de empresas de todo el mundo.
Por cierto, algunos productos costarricenses podrían ampliar sus ventas a China, como el caso del café; no obstante, no hay ningún arancel en la importación de ese grano en el mercado chino, así que la entrada en vigor del tratado comercial no cambia las condiciones en este sector.
En 2010, Costa Rica exportó productos a China por un valor de $285 millones. Sin embargo, más del 90% de esas ventas estuvo conformado por circuitos integrados y otros componentes para computadoras, casi todo proveniente de Intel, los cuales llevan poco contenido costarricense.
La mayoría de los demás productos nacionales actualmente vendidos a China, consiste en chatarra de metal y cuero, ninguno de los cuales cuenta con grandes posibilidades de incrementarse.
Bernal Rodríguez
brodriguez@larepublica.net