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“Trabajo en un mundo de hombres”

Raquel Rodríguez rrodriguez@larepublica.net | Viernes 07 marzo, 2014




Científico NASA

“Trabajo en un mundo de hombres”

Sean seguras de sí mismas: Sandra Cauffman, científica de la NASA

¿Por qué estudiar ingeniería?

“Mientras tanto, aquí sigo levantándome todos los días para ir al trabajo de mis sueños. Aunque poder llegar a ser la directora del Centro Goddard algún día no estaría mal”, dijo Sandra Cauffman.

Desde muy niña quise trabajar para la NASA. Por supuesto que a esa edad no comprendía lo que tenía que hacer para llegar aquí. En el colegio me gustaban mucho las matemáticas y la física.
Decidí estudiar ingeniería eléctrica cuando me gradúe del colegio.
Lamentablemente, el consejero que me atendió cuando ingrese a la UCR me dijo que era mejor que no estudiara eléctrica porque ahí no había mujeres, por eso me aconsejó que estudiara ingeniería industrial.
En ese entonces tenía 17 años y la verdad no estaba muy clara en las diferencias entre las ingenierías y me pareció que industrial era aceptable.
Una vez que empecé en la carrera me di cuenta que eso no era lo que quería. Me tocó estudiar tres años y medio más de lo previsto, al final terminé con un doble bachillerato en ingeniería eléctrica y en física-matemática.

¿Qué es lo más difícil que se ha topado en su carrera profesional?
Lo más difícil ha sido ser mujer y pertenecer a una minoría hispana en un mundo de hombres.
Tengo que admitir que otras mujeres nos abrieron el paso, pero siempre he sentido que tengo que trabajar más duro, más horas y hacer las cosas mejor que los hombres con los que trabajo para demostrar que sé lo que sé.
Los hombres son reconocidos solo porque abren la boca y dicen: “Yo soy ingeniero”. Nosotras las mujeres decimos: “Soy ingeniera”, y nos responden: “Demuestre su habilidad como ingeniera”.

¿Cuáles han sido sus principales logros?
He tenido la oportunidad de subir muchos escalones y llegar a sobresalir. Llegué hasta ser asistente directora de proyectos de vuelo de todo el Centro Goddard. Pero siempre me gustó trabajar con los ingenieros y decidí pedir que me dejaran trabajar desarrollando misiones.
Como mujer, pues nada se compara con el poder ser madre.

¿Si pudiera lograr cualquier cosa qué sería?
Amo mi trabajo y el haber llegado aquí para mí fue un sueño hecho realidad.
Lo que más me importa es trabajar en algo que tenga sentido con gente que tenga los mismos fines. He pensado en empezar una pequeña compañía de consultoría.

Tengo mucha experiencia en formulación de misiones y eso me gusta bastante porque es cuando tratamos de sacar de la cabeza de los científicos lo que quieren hacer y definir lo que es posible. ¡El tiempo sabrá!
Mientras tanto, aquí sigo levantándome todos los días para ir al trabajo de mis sueños.
Aunque poder llegar a ser la directora del Centro Goddard algún día no estaría mal.

Raquel Rodríguez
rrodriguez@larepublica.net
@rrodriguezLR







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