Transformaciones sustanciales, innovación y sostenibilidad: Claves para enfrentar retos globales y crisis en la cadena de suministros

La complejidad de la situación actual comprende diversos retos para América Latina en términos de economía e inversión, que resulta imprescindible prepararse para enfrentar los problemas mundiales.

Justamente, con el propósito de analizar el impacto en la región, a raíz de los recientes desafíos, y brindar herramientas para preparar una mejor estrategia para su negocio, el pasado 5 de agosto se llevó acabo el Desayuno Ejecutivo: ¿Cómo enfrentar la crisis en la cadena de suministros y otros retos globales?, organizado por INCAE y LA REPÚBLICA.

La crisis global de la cadena de suministros ha ocasionado que los puertos tengan afectaciones en el comercio por $22 billones en bienes globales, según Bloomberg.

Además, la congestión de los centros de contenedores más grandes de China ha aumentado con las restricciones sanitarias, dejando meses de graves interrupciones, así como retrasos en las entregas de carga marítima que se han más que duplicado en la pandemia.

De igual forma, la Covid-19 fortaleció la atracción de centros de producción cerca de los mercados de consumo, a la vez que la guerra entre Rusia y Ucrania estimuló el “friendshoring”, es decir, la ubicación de centros de producción en lugares confiables o en países que compartan los mismos valores e intereses estratégicos.

Por ello, las Cadenas Globales de Valor han entrado a un proceso de reconfiguración que impactará en los costos de las empresas y los consumidores.

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En este sentido, buscar una alternativa a proveedores chinos es la ruta que algunos países están tomando como Estados Unidos.

“Estados Unidos está reorientando muchas cadenas para otros países y Latinoamérica tiene oportunidades de participar y captar cierta parte de lo que sale de China”, señaló, Bernard Kilian, Decano y profesor de INCAE Business School quien estuvo a cargo del conversatorio.

Por otra parte, la invasión rusa a Ucrania también ha golpeado fuertemente otras aristas de la economía del mundo, al punto de ocasionar una reducción en el crecimiento global del 1% y un aumento en la inflación global de hasta un 2,5%, según estimaciones de la OCDE.

En tanto, la combinación de las interrupciones en las cadenas de suministros, una política monetaria expansiva para enfrentar la pandemia, y la guerra y el aumento en los precios de las materias primas conllevan a un problema de inflación generalizado.

Aunado a ello, tomar acciones alineadas a disminuir los efectos del cambio climático, mejorar las condiciones sociales, de educación y salud para los habitantes y mejorar la institucionalidad de las naciones, son áreas de oportunidad donde aún hay trabajo por hacer.

Por lo anterior, en el corto plazo, la región debe prepararse para enfrentar los desafíos de la economía global para evitar otra década perdida, de acuerdo con el speaker.

Y es que, para seguir avanzando, no es suficiente con mantener la estabilidad macro y se requieren transformaciones sustanciales que no solo corresponden al gobierno, también ameritan el involucramiento del sector privado como motor de la productividad y sostenibilidad, apoyado en la innovación para responder rápida y eficazmente ante los cambios.

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“Hay que apostar al liderazgo y responsabilidad social del sector privado, porque en Latinoamérica sin el sector privado no vamos a lograr los sueños que tenemos”, dijo el profesor.

Mientras tanto, a nivel individual, mantenerse al tanto y actualizado de lo que pasa en el mundo permite tener una perspectiva más amplia para tomar mejores decisiones.

“Si usted quiere manejar cadenas de suministro ‘just in time’ hoy en día va a ser difícil porque hay alta volatilidad. En este momento la información es crucial, mantenerse informado y también a nivel de tecnología, lo tiene que incluir en su trabajo y esto afecta a todos. Todos los negocios tienen este reto, pero la única forma es, con liderazgo, seguir adelante, trabajar y no perder la esperanza”, concluyó Kilian.

El Desayuno Ejecutivo fue patrocinado por Hotel Hilton San José La Sabana, Ron Centenario, Grupo Montecristo y BES.