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COLUMNISTAS


Tres pilares fiscales

Carlos Camacho ccamacho@grupocamacho.com | Martes 11 octubre, 2022


El presidente de la República planteó la ruta para salir del endémico déficit fiscal con tres pilares fundamentales: aprobación de eurobonos, el aumento en la intensidad de la fiscalización y el indispensable proyecto de renta global. El planteamiento se da luego del anuncio del proyecto de vender parcial o totalmente algunos activos del Estado.

Los organismos internacionales, a su vez han notado mejoras en las finanzas públicas nacionales, pero llaman la atención seriamente por la ruptura de la regla fiscal prevista en la Ley.

Mientras no respetemos los límites al gasto, a pesar de lo que puedan decir los diferentes sectores sobre la regla fiscal, seguiremos sangrando nuestras finanzas a una velocidad mayor a la recepción de recursos frescos.

Solicitar nuevos impuestos a los costarricenses sin un compromiso de contraparte del Estado con su disciplina fiscal jamás será de recibo. Son necesarias reformas legales, pero sobre todo sentido común, sano juicio y una clara consciencia de la realidad económica nacional y el complejo entorno global, con una adversidad sin precedentes.

Los tres elementos reconocidos por el presidente Chaves son indispensables para lograr salir adelante. Más allá del anuncio, requerimos distinguir las velocidades y viabilidad de cada uno de los pilares, para que efectivamente surtan efecto.

De los tres, el único pilar que es resorte exclusivo del Poder Ejecutivo es la intensificación de los actos de fiscalización, ya sean extensivas o intensivas, parciales o definitivas. Queda en manos de la Dirección General de Tributación la definición estratégica y su puesta en marcha.

Es oportuno recordar que todo sujeto pasivo del derecho tributario, los contribuyentes y los omisos, deben estar preparados para soportar el peso de una fiscalización. Será en estas fiscalizaciones en las que el Poder Ejecutivo cifre sus esperanzas de recaudación incremental en el corto y mediano plazo.

A su vez, es oportuno recomendar a la Administración Tributaria que se fije en otros actores diferentes a los mismos de siempre. Ya es hora de poner en marcha un programa serio de control de omisos, que forman parte de la penosa estadística de evasión cuantificada.

Quienes han vivido en el oscurantismo fiscal de la omisión deben prepararse para lo peor… Si quieren salir bien librados de estos programas de fiscalización deben tomar acciones de regularización cuanto antes. Voluntariamente presentar sus declaraciones de renta, IVA y cualquier otro impuesto al que, estando sujetos, se hayan mantenido omisos, ya sea por ignorancia – que no exime la responsabilidad legal, o por acto ilícito voluntario.

¿Cómo irán apareciendo? A través de la explosión de datos resultantes de los actores económicos regulares que sí cumplen con su declaración y contribución de impuestos.

La omisión por sí misma es un elemento que precluye condiciones de fraude fiscal, por lo que el período de prescripción se amplia a 10 años.

Mientras tanto, quienes cumplimos con las obligaciones ante la Administración Tributaria debemos tomar acciones suficientes para asegurar los niveles de tolerancia respecto del cumplimiento normativo. Quienes cumplimos debemos someternos a pruebas de “stress” respecto al cumplimiento normativo y la integridad de las diversas obligaciones tributarias, tanto formales como materiales.

Los otros dos propósitos destacados por el Presidente, así como la venta de activos estatales, requieren de aprobación legislativa. Es necesario un ambiente apto para la negociación en un congreso en el que, aún cuando es el menos fraccionado de las últimas décadas, el partido del Presidente tiene una minoría apenas representativa.

Sobre los Eurobonos, es clara la intención: El pago de deuda de corto plazo y cara con deuda de largo plazo y mucho más barata le permiten ahorros al país que reducen las cargas presupuestarias del gasto público. Este proyecto, si se le presta debido cuidado a los detalles restrictivos de uso, es un instrumento que debería aprobarse con urgencia en la Asamblea Legislativa.

Sería recomendable que se coloquen eurobonos para la refinanciación de deuda y así aprovechar la disponibilidad de cupo en el mercado y las condiciones de bajo costo de intereses y largo plazo para su pago. Pero también sería útil colocar para reactivar la economía a través de inversión directa en infraestructura, puertos, aeropuertos, carreteras, puentes y tecnología. Dar un empuje de músculo a la reactivación de la actividad empresarial que tiene efectos en el empleo y, por ende, en el consumo. Así se activa de nuevo la cadena de la deprimida economía nacional.

La inversión en estos rubros mejorará la competitividad país y dará un respiro a la angustiante situación de las familias sin ingreso y, por supuesto, a los empresarios que por los altos costos tienen dificultades de colocación de sus productos o servicios en el mercado local e internacional.

El proyecto de Ley de renta global debe ser planteado con apego a las mejores técnicas tributarias. Debemos dejar atrás el dominante modelo de copia de la legislación española, que no es comparable al sabor local. La nueva ley debe apegarse a la búsqueda de objetivos de carácter actual y local.

El proyecto de ley parece que se cocina a fuego muy lento y frío en un Ministerio de Hacienda que denota, hasta ahora, una conducta pasiva e inconsistente con la urgencia que requiere dicha reforma fiscal.

La renta global local debe responder a la búsqueda efectiva de la capacidad contributiva actual de las personas físicas, con una especial atención a sus condiciones particulares. Debe balancear las reducciones a la base imponible, con un sentido de equilibrio en materias tan importantes como la salud, educación, vivienda y otros. Debe favorecer a las personas que le quitan carga al Estado en materias en las que es él el responsable de dotarlas, como educación o salud.

Se debe considerar la mejora en la calidad de vida, centrarse en condiciones de orden familiar y no mediante exiguos créditos para cónyuges, hijos y dependientes. La norma debe plantear la tributación de la unidad familiar para que la capacidad contributiva que sea alcancen sean las más cercanas con la realidad.

¡Cuidado! Salta una cuarta consideración con estos tres pilares… Un obstáculo a la necesaria negociación de todos estos proyectos en el Congreso. La señora Pilar Cisneros, diputada y jefa de fracción de la bancada minoritaria del gobierno aporta un clima hostil que desfavorece el lograr los consensos necesarios.

Debe entender Pilar Cisneros que ya no es parte del equipo inquisidor de “Torquemada.” Debe darse cuenta de que ya abandonó el banco de los señaladores y se pasó al de los señalados. Debe matizar su presencia a través de su conducta, demostrar que todas las actitudes que criticó desde su posición de periodista ahora pueden cambiarse para la recuperación de la situación fiscal del país.

De los tres pilares, conocemos dos. El pilar tributario lo desconocemos por la astenia del Ministerio de Hacienda. De los tres pilares, nos preocupa la cuarta Pilar. Ella debe enmendar la página y cumplir con la responsabilidad que sus capacidades le dan para usar todo ese desdén y reencausarlo en la construcción de ambientes propicios al diálogo y la negociación.

La política es el arte de llegar a acuerdo. Los políticos son los sujetos que con astucia, inteligencia y transparencia se han responsabilizado ante el país para garantizar que dichos acuerdos se logren.

Esperamos, por el bien del país, el despertar del Ministerio de Hacienda con su proyecto de ley, así como el cambio de actitud y conducta conducente al bienestar general de la señora diputada.

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