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Jueves, 13 de marzo de 2025



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Trump 2.0: Paz en Ucrania, aranceles y la motosierra de Elon Musk

Óscar Álvarez Araya oalvarezcocr@gmail.com | Jueves 13 marzo, 2025


Política de paz en Ucrania, montaña rusa de aranceles y motosierra resumen los dos primeros meses de la administración Trump 2.0.

Al acercarse el segundo mes de la gestión van quedando más claras algunas de sus características principales. Revisemos objetivamente y sin pasiones algunos de esos rasgos.

Se trata sin duda de un gobierno nacionalista estadounidense pragmático y conservador duro que se inspira en dos mantras principales: América First! Y Make America Great Again! Es decir América primero y Hacer a América Grande otra vez. Entendiendo por América a los Estados Unidos de América. Es decir se trata de un gobierno al servicio del interés nacional estadounidense según lo define el presidente Trump desde la Casa Blanca.

En su discurso inaugural del 20 de enero pasado anunció el inicio de la Edad de Oro en los Estados Unidos y en su Primer Informe ante las dos Cámaras del Congreso enfatizó que dicha Edad de Oro ya había comenzado. Ambos discursos fueron inspiracionales y dedicados a su base electoral que le dio su voto en las elecciones del 05 de noviembre pasado. En ambas ocasiones su mensaje fue patriótico y nacionalista procurando levantar el ánimo y el orgullo del pueblo estadounidense y poniendo el énfasis en que se propone que la nueva era sea para lograr una nación orgullosa, fuerte, próspera y libre.

El estilo de Trump es disruptivo, no diplomático, personalista, de autoridad fuerte y de negociador nato y duro.

En su política exterior ha ido definiendo varios rasgos tales como unilateralismo, desconfianza en el multilateralismo, paz en Ucrania, apoyo a Israel y contención a China. Salió por segunda vez de la Organización Mundial de la Salud y del Acuerdo de París de Cambio Climático. También de la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.

Al empezar su administración le va poniendo un mayor énfasis a acabar con la guerra en Ucrania por medio de una solución negociada que incluye un acuerdo de minerales entre Ucrania y Estados Unidos y los intentos de llevar a Rusia a la mesa de negociaciones. Ha decretado una pausa de la ayuda militar y de inteligencia hacia Ucrania pero las tropas rusas continúan atacando en Kurz y en Ucrania. Trump entonces ha amenazado a Putin con nuevas sanciones bancarias y aranceles si no contribuye con un cese al fuego. Las negociaciones continúan en sus sesiones de Estambul y Arabia Saudita. En la reunión de Yeda, Arabia Saudita, Rubio anuncia avances en el camino hacia la paz entre Rusia y Ucrania. Y Estados Unidos está presionando a ambas partes para alcanzar una solución negociada al conflicto. Mientras tanto Europa se prepara para el rearme y para una larga guerra.

En política comercial externa la línea de Trump es de aranceles para sus vecinos y socios del TMEC, Canadá y México, así como a China y a la Unión Europea. Se trata de un gobierno proteccionista que inspirado en el expresidente William McKinley promueve aranceles a diestra y siniestra. Promueve aranceles recíprocos universales y aranceles en acero y aluminio. Desde luego los aranceles ya están generando represalias de los países afectados y existe el riesgo de que se vaya generalizando una guerra comercial. Los aranceles son impuestos en el ámbito del comercio internacional y pueden incrementar los precios de los productos, así como desalentar el consumo y la inversión, aumentar la incertidumbre financiera y jurídica. Al escribir esta columna me entero que el nerviosismo de los mercados por la incertidumbre arancelaria ya ha llegado a Wall Street

En varias ocasiones Trump ha manifestado con total sinceridad tener aspiraciones expansionistas en sus esferas de influencia más cercanas: Canadá, Groenlandia y el Canal de Panamá. El control de Groenlandia le permitiría el control del Ártico. En este punto también parece inspirarse en William McKinley, quien fuera presidente de los Estados Unidos a finales del siglo XIX y logró la anexión de Hawai y el control de Filipinas, Puerto Rico y Guam. Es decir logró aumentar el tamaño del territorio de los Estados Unidos.

El enfoque de Trump es pragmático, generalmente nacionalista y proteccionista, pero las políticas y ajustes de Elon Musk con DOGE, Departamento de Eficiencia Gubernamental, más bien tienen una orientación libertaria y anti woke, semejante a la de Javier Milei en Argentina. Ese ajuste de motosierra ha llegado como sabemos hasta la ayuda exterior de los Estados Unidos y a entidades tales como la Agencia Internacional para el Desarrollo (AID) y la Fundación Nacional para la Democracia (NED). También hasta el Departamento de Estado y el mismo Departamento de Defensa. Según el Secretario de Estado Rubio sólo en la AID ya se han eliminado el 83 % de los programas pues no responden o incluso contradicen el interés nacional de los Estados Unidos.

Con la motosierra de DOGE no solamente se está reduciendo el gasto público y el tamaño del gobierno federal sino que al mismo tiempo se está realizando una revolución conservadora contra todas las oficinas y programas que tengan que ver con el “wokismo”. La motosierra ha llegado incluso a los programas a favor de la democracia y los derechos humanos en la oposición a los regímenes de Cuba, Venezuela y Nicaragua. La misma Organización de Estados Americanos (OEA) como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) podrían estar en la mira de los planes de ajuste de Elon Musk y Mauricio Claver-Carone.

En temas culturales y religiosos el enfoque de Trump es claramente conservador. Se considera como gobernante con una misión salvadora y ha venido clausurando todas las oficinas y programas que promueven la equidad y la inclusión en materias de género o raza, según lo entiende el Partido Demócrata de los Estados Unidos. Trump quiere volver a la igualdad ante la ley y a los nombramientos de acuerdo a las capacidades y los méritos. Así también criminaliza los cambios de sexo en los niños y prohíbe la participación de hombres en los deportes de las mujeres. También ha iniciado un combate contra el antisemitismo, sobre todo en las universidades tales como Harvard y Columbia.

Otro de los ejes de su gobierno son las políticas antiinmigración, incluyendo a las deportaciones, la línea de fronteras seguras, la lucha contra el narcotráfico, especialmente el Fentanilo y la guerra contra los carteles mexicanos de la droga. Las deportaciones están llegando incluso a estudiantes universitarios extranjeros con beca que han participado en manifestaciones contra el estado de Israel y a favor de Hamas y Palestina.

En cuanto a la América Latina, además de las deportaciones masivas de inmigrantes, la montaña rusa de los aranceles, la motosierra de DOGE y la lucha contra el terrorismo, los carteles de la droga y el narcotráfico, Washington le están dando alguna prioridad a la retórica dura y las restricciones a los regímenes de Cuba, Venezuela y Nicaragua, así como a la contención de China en la región.

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