Turistas ponen en riesgo su vida en el país por mal estado de las carreteras, advierten empresarios

El mal estado de las carreteras nacionales representa un grave riesgo para los costarricenses y también para los turistas que visitan y disfrutan de las playas y montañas que ofrece Costa Rica, según Flora Ayub, directora ejecutiva de la Cámara Costarricense de Hoteles (CCH).

Y es que las vías nacionales suman dos temporadas de lluvias sin inversión en mantenimiento vial por culpa de la corrupción.

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Esto ha generado que diversos carreteras presenten en estos momentos deslizamientos, hundimientos, huecos y otras deficiencias estructurales que ponen en riesgo a quienes circulan por esas vías.

Lo peor de todo, es que Luis Amador, ministro de Obras Públicas y Transportes, aceptó que el país no tiene suficientes recursos para hacerle frente a la emergencia nacional.

Esta situación, causa una gran preocupación porque además de afectar la movilización y restarle calidad a la experiencia del turista, representa un riesgo para quienes las utilizan, dijo Ayub.

Ante esta situación, el sector hotelero hizo un llamado a las autoridades, para atender cuanto antes este tema.

“Uno de los factores que influyen en la selección de un destino es la seguridad y esta debe verse desde un punto de vista integral, por eso, la infraestructura vial debe tener condiciones idóneas de modo que desplazarse de un punto a otro, no sea una preocupación, sobre todo ahora, que el turista prefiere alquilar un vehículo y viajar por su propia cuenta”, dijo Ayub.

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La urgente necesidad de invertir en mantenimiento vial quedó al descubierto a mediados de mes, tras un accidente de tránsito en la ruta 1 en Cambronero, el cual, provocó la muerte de nueve personas, cuando un deslizamiento -producto de las fuertes lluvias – precipitó un autobús y otros vehículos a un guindo de 75 metros.

Este miércoles, las autoridades reportaron que la ruta en cuestión estará cerrada indefinidamente, mientras que la vía nacional que va hacia la Zona Sur está con problemas de deslizamientos y por tanto, se mantendrá cerrada. Al cierre de edición, no se había reportado su estado.

Por otra parte, en la ruta 27, que comunica a San José con Caldera, una falla geológica ocasiona un hundimiento en el kilómetro 44. Esta situación amenaza con colapsar el paso elevado que atraviesa esa vía, a unos 300 metros del sector afectado. En este caso, la empresa Globalvía, que es la concesionaria de la ruta se encarga de la situación.

Las dificultades fiscales del país, la excesiva burocracia y la deficiente gestión estatal, así como los escándalos de corrupción tienen a las carreteras bajo emergencia nacional, enfrentando la segunda temporada de lluvias consecutivas sin mantenimiento vial.

Ante el acelerado deterioro de las vías nacionales, Costa Rica debe valorar cuanto antes la ampliación de las concesiones, a la vez que debe transformar al Consejo Nacional de Vialidad (Conavi) para limitar su función al mantenimiento de vías y no en gastar sus recursos en nuevos proyectos, según varios expertos consultados por LA REPÚBLICA.

Y es que mientras las carreteras no reciban mantenimiento, el turismo, el comercio y la potencial inversión extranjera se ven afectadas.

“En Latinoamérica la gran mayoría de las carreteras tienen peajes y operan bajo la figura de la concesión o algún tipo de alianza con el sector privado, lo que garantiza que se encuentren en buen estado (…) Dar mantenimiento a una vía no es barato como algunos piensan, a la vez que un país como Costa Rica, con un clima tropical y una temporada lluviosa que dura siete meses o más, es importante reconocer el desgaste que se da. Como exministro, no veo a ningún gobierno invirtiendo lo necesario todos los años para tener buenas vías con la crisis fiscal que tenemos”, dijo Randall Quirós, exministro de Obras Públicas y Transportes.

El escándalo de supuesta corrupción conocido como “Cochinilla”, hizo que la administración anterior cancelara todos los procesos de licitación de mantenimiento vial, con el objetivo de transparentar el uso de los recursos públicos, a la vez, que la actual administración aún no ha tomado cartas en el asunto.