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COLUMNISTAS


Ucrania

Emilio Bruce ebjreproduccion@gmail.com | Viernes 16 diciembre, 2022


Sinceramente

Hace aproximadamente unos diez meses la Federación Rusa invadió un país independiente y soberano en violación de todas las normas de derecho internacional. En 2014 se había apropiado por las armas de manera violenta de la península de Crimea. Los daños causados a Ucrania y a su población exceden lo imaginable. Las ciudades y edificios residenciales han sido destruidos con saña. Las obras de infraestructura civil indispensables para el funcionamiento del país han sido atacadas de manera continua y destruidas muchas de ellas. Miles de ciudadanos ucranianos han muerto, la población civil ha sufrido la devastación de la invasión rusa como sucede en estas agresiones. Miles de muchachos llamados a las armas por Ucrania a la defensa del país que les vio nacer han muerto y miles más han quedado heridos y desfigurados. Rusia ha visto caer su ejército y la destrucción de lo que ella consideró su invencible armamento. Rusia se ha revelado en su debilidad y en su condición de potencia de tercer o cuarto nivel. A nivel internacional han fallado el liderazgo y los mecanismos de contención de este tipo de crisis. La población de Ucrania pasará el invierno sin calefacción ni electricidad por los ataques rusos contra la generación eléctrica civil del país. La economía rusa está destruida. Rusia tiene una economía comparable a la de Brasil o Italia y ligeramente menor a Irán. Hace ya mucho tiempo dejó de ser una superpotencia. Su gasto bélico ha sido desproporcionado al tamaño de su economía. Hay que detener esta carnicería.

Muchas personas han tratado de justificar la agresión rusa de muchas maneras. Se ha dicho que los ucranianos son nazis, pero Zelenski su presidente es judío, lo que resulta contradictorio a la afirmación del nazismo en ese país. Como en muchos otros países, incluyendo Rusia hay minorías derechistas. Se ha afirmado que Ucrania es un peón de la OTAN, aunque no forma parte de ella ni de la Unión Europea. Otros han afirmado que el no entregar la península de Crimea a Rusia fue un acto de agresión de Ucrania contra Rusia. La península de Crimea era parte de Ucrania desde la Unión Soviética cuando Nikita Jruhchov, como presidente del consejo de ministros y líder de la Unión Soviética, así lo había dispuesto en 1954. Cuando se independizó Ucrania en las postrimerías de la Unión Soviética su territorio se desprendió incluyendo a la Península de Crimea. Algunos han argumentado que el noreste y el sureste de Ucrania, en particular el Donbass, están poblado mayoritariamente por rusos étnicos que hablan ruso y han sido rusos hasta la independencia de Ucrania de la Unión Soviética y que ellos desean regresar a aquel país por lo que Rusia decidió liberarlos invadiendo a Ucrania. Pero no hay posible justificación a la violencia, a la agresión, a la invasión y la muerte.

Crimea generó a mediados del siglo XIX, en 1853, una guerra entre el Imperio Otomano, Gran Bretaña y Francia y alguna potencia menor contra el Imperio Ruso que la deseaba. Rusia se había anexionado a Crimea desde 1783. Allí, luego de la guerra, asentó Rusia su flota del Mar Negro y ejerció soberanía plena sobre ese territorio. Durante la Segunda Guerra Mundial el ataque nazi a esa parte de la Unión Soviética recibió la mayor resistencia. Los soviéticos habían fortificado la península de manera sustancial. El sitio de Sebastopol es históricamente un punto crítico de la agresión nazi y la defensa soviética en su Guerra Patriótica. Crimea ha sido por siglos parte de Rusia bajo las diferentes denominaciones que ésta ha adoptado.

Rusia históricamente ha enfrentado repetidamente agresiones desde el oeste. Durante la Primera Guerra Mundial, si bien Rusia invadió a Prusia Oriental y al Imperio Alemán primero, es cierto que Alemania y Austria-Hungría invadieron y destruyeron una parte sustancial del este del país. Una parte de Ucrania formaba parte del Imperio de Austro-Hungría y otra del Imperio Zarista. Ucrania fue entonces terreno de lucha. La ciudad austro-húngara de Lemberg en Ucrania fue atacada por los rusos y grandes batallas y destrucción tuvieron lugar. En la Segunda Guerra Mundial la invasión nazi recorrió los territorios del este soviético entre ellos y muy principalmente el de Ucrania. En la ciudad de Járkov se han desarrollado muchas batallas trascendentales para Rusia. Contra los nazis se desarrollaron tres batallas tremendas.

Rusia ha desarrollado la memoria histórica de que debe tener estados amortiguadores hacia el oeste para que sirvan de resguardo y barrera ante invasiones y agresiones de países del oeste. Cuando se produjo la separación de Ucrania los rusos vieron desestabilizada su doctrina de la defensa nacional. Cuando Ucrania solicitó la entrada a la Unión Europea los rusos percibieron esto como si los enemigos estuvieran a las puertas de Moscú una vez más. Cuando Ucrania solicitó su adhesión a la OTAN sintieron que era mejor atacar ya que esperar a ser atacados. Hubo entonces incomprensión de la psicología rusa de parte de los agresivos estrategas occidentales.

La estrategia de los Estados Unidos y las potencias europeas de cercar a Rusia y someterla de manera decisiva ha hecho percibir a los rusos que una nueva ola de agresión está en proceso. Así los países del antiguo mercado del COMECON se adhirieron a la Unión Europea y luego muchos de ellos a la Otan. Desaparecía de esta manera parte del amortiguador creado por la Unión soviética para resguardar al país de invasiones. Cuando los países bálticos se adhirieron a la Unión Europea Rusia creyó recibir señales claras del arrinconamiento al que estaban sometiéndola.

El presidente de Ucrania que precedió a Zelenski era pro ruso y buscaba generar tranquilidad a Rusia respecto de los territorios del Donbass y de Crimea. Fue depuesto por un golpe de estado que contaba aparentemente con el respaldo de los Estados Unidos de América. Esto exacerbó a los rusos. Dos tratados negociados, Minsk uno y Minsk dos, en los que se negociaba cierta autonomía y garantías para Rusia no se continuaron. El gobierno de Zelenski abandonó dichas mesas de negociación y no firmó los acuerdos.

Agresivos estrategas norteamericanos estaban aparentemente detrás de todos estos movimientos. Es conveniente recordar que la agresión japonesa del 7 de diciembre de 1941 obedeció a que las medidas económicas y el embargo de combustibles y chatarra impuesto por el gobierno de Estados Unidos ponían de rodillas al Japón. Claro está que Japón lo percibió como una declaración de guerra. Pues Rusia de alguna manera percibió lo mismo con los diferentes acontecimientos en serie en Ucrania. De nuevo el liderazgo norteamericano y europeo olvidó la historia y repitió errores del pasado.

La invasión rusa se produjo calculando muy mal la defensa y la reacción ucraniana, creyeron que la guerra sería muy rápida y el país se rendiría en pocos días. No ha sido así y los ucranianos, valientes como ninguno otro, han hecho lo imposible por enfrentar a Rusia y prevalecer. Es claro que han contado con la asistencia militar y de pertrechos de guerra sofisticados de parte de Europa y de los Estados Unidos.

Decía el militar y académico prusiano (alemán) Carl von Clausewitz que la guerra es la fase final del ejercicio de la estrategia en política exterior y en la diplomacia nacional. Fracasó la diplomacia en la guerra de Rusia y Ucrania, fracasó la comprensión en Europa y principalmente en los Estados Unidos de América de la historia y de los fenómenos psicológico sociales de Rusia en torno a sus fronteras y sus cicatrices históricas respecto a su seguridad nacional. Resulta indispensable reemprender las conversaciones y detener los cañones. No puede seguir desangrándose esa parte del mundo.

Creo que el triunfo militar de alguna de las partes es improbable en el corto plazo. Creo que emprender negociaciones y conversaciones para crear las condiciones de independencia y seguridad mutua resultan indispensables. Siento que el detener la matanza y la agresión de los ejércitos unos contra otros es fundamental por la vida de los muchachos inocentes que están muriendo.

Sinceramente espero que la paz termine por asentarse y que las potencias involucradas desarrollen mejor comprensión y memoria sobre asuntos como los que se viven en Ucrania, pero cuyas consecuencias nos afectan a todos los habitantes de la tierra.

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