Un ‘empujón’ para tomar decisiones en la dirección correcta
Bien utilizada por gobiernos y empresas, la teoría del empujón puede ser una poderosa herramienta
Nuria Marín Raventós nmarin@alvarezymarin.com | Lunes 09 mayo, 2022
En el 2008 Cass Sunstein y Richar Tahler publicaron Un pequeño empujón: El impulso que necesitas para tomar mejores decisiones sobre salud, dinero y felicidad, obra revolucionaria que motivó a gobiernos como el de Barack Obama y David Cameron a la creación de unidades que utilizaran la herramienta.
La teoría del empujoncito o nudge, por su nombre en inglés, consiste en pequeñas acciones o cambios en el entorno o ambiente que faciliten a la persona tomar la mejor decisión para ella. El más reciente ejemplo son las diversas medidas tomadas en la batalla contra el Covid-19.
Campañas de comunicación sobre el uso de la mascarilla, la importancia del distanciamiento social y el lavado de manos se hicieron más sencillas con el uso de plástico protector, huellas en el piso, clausura de asientos y desde luego facilitar el uso de lavatorios y gel en alcohol.
En materia de políticas públicas se implementaron acciones como la obligatoriedad del uso del código QR que demuestra el esquema de vacunación completo para el ingreso a lugares públicos, o las resoluciones administrativas y judiciales dictadas en Costa Rica que permiten la posibilidad de despedir sin responsabilidad a un trabajador que no quiera vacunarse, decisiones que respetan el derecho a elección de cara al interés público.
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En el plano laboral hicieron bien las empresas que recurrieron al convencimiento mediante la aclaración de dudas al personal, no así al uso de incentivos económicos, del que he sido muy crítica por mercantilizar una decisión que debe tomarse por la responsabilidad colectiva.
El uso de empujones ha resultado igualmente efectivo en materias tan actuales como el incentivar el ahorro y el adoptar un plan de pensiones, lo que pueden promover las empresas mediante opciones de registro automático o por default, que requiera que el trabajador despliegue una acción para separarse del programa, que en la mayoría de los casos no sucede.
Estos empujones también han demostrado resultar muy efectivos con buenas prácticas y campañas claras en temas como el combate de enfermedades crónicas como la diabetes, la seguridad ocupacional (cultura de cero accidentes), y el fomento al uso responsable del agua.
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Si es importante destacar, como lo indica Carlos Scartascini (BID 2016), que hay que ser muy cautelosos porque no todo funciona o los resultados pueden ser los no buscados, para lo que recomienda una política de métricas y evaluación de su efectividad.
Bien utilizada por gobiernos y empresas, la teoría del empujón puede ser una poderosa herramienta, en tanto quienes la diseñen tomen como norte la libertad y la ética.
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