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Miércoles, 18 de septiembre de 2024



FORO DE LECTORES


Un mundo de oportunidades para nuestro sistema tributario

Eduardo Rodríguez erodriguez@grupocamacho.com | Martes 13 septiembre, 2022


Eduardo Rodriguez


Nuevamente suenan tambores sobre una reforma fiscal inminente para todos los contribuyentes en Costa Rica. Una melodía de renta global para personas físicas distinta a la planteada por el gobierno anterior.

¿Qué significa este tema de la renta global de persona física?

En pocas palabras, y guiándonos un poco por los comentarios del actual ministro de Hacienda, será una reforma en la que toda persona física que reciba algún ingreso en el país deberá pagar impuestos, sin importar la forma en que lo obtuvo, siempre que supere “X” monto por definir. Así se aumentaría la recaudación.

Hoy una persona que obtiene ingresos por alquilar un bien inmueble no paga la misma tarifa (12,75%) que alguien dedicado a servicios profesionales (quien paga entre 10 y 25% según el nivel de ingresos).

Esta reforma busca que ambas personas terminen pagando un impuesto similar.

El ministro ha abordado temas interesantes como las rentas familiares o que se debe gravar la totalidad del ingreso, incluido el aguinaldo y el salario escolar. Estas son algunas luces que indican por dónde podría venir la reforma de renta global que planteará el gobierno de Rodrigo Chaves.

Una reforma de renta global es una oportunidad de cambios sustanciales en sistema contributivo del país. Sin embargo, hay una serie de oportunidades que parece que el Gobierno, al igual que el anterior, está dejando pasar.

Primera oportunidad. Perdemos la oportunidad de hacer una reforma integral al impuesto sobre la renta. Obviamos así la lección aprendida con la reforma del 2018.

En el 2018 pegamos parches a una normativa de impuesto sobre la renta que resultó en fracasos técnicos legislativos como por ejemplo hacer referencia a artículos derogados o generar confusión en la interpretación de la norma. A eso se suma que la Administración Tributaria ha interpretado la ley y sus reformas de forma confusa y, a veces, hasta contradictoria por no haber hecho una norma desde cero, como se hizo con el IVA.

Si realmente queremos hacer una estrategia fiscal país y avanzar tributariamente deberíamos separar los mares: generar un impuesto de renta de personas físicas y otro de sociedades independientes pero complementarios. Su comportamiento económico no es igual y, por ende, su tributación tampoco debe serlo.

Segunda oportunidad. Perdemos también la oportunidad de visualizar los impuestos más allá de simplemente ser un elemento recaudador. Cualquier persona que haya puesto un poco de atención a los efectos de los impuestos en la economía habrá descubierto cómo son tendientes a desincentivar o incentivar el consumo.

Podríamos en nuestra reforma fiscal promover actividades como el deporte, la educación propia y la de los hijos, temas ecológicos como el reciclaje. ¿Cómo hacerlo? ¡Sencillo! Por medio de incentivos fiscales.

Que la educación de los hijos sea un gasto deducible. Que el crédito fiscal por hijos sea significativo y no los veinte mil colones anuales que permite la ley actual, que sea con base en gastos reales que permitan incentivar la educación y desarrollo futuro. Que igual suceda con temas de salud preventiva y deporte.

Estos incentivos son externalidades positivas que, aún cuando disminuyen la recaudación, generan mayores réditos futuros. Estoy seguro de que a los inversionistas de la deuda país les gustaría este tipo de políticas si sabemos venderlas bien.

El actual gobierno podría generar “ecocolones,” créditos fiscales acreditables con base en los niveles de reciclaje.

Ideas como estas resultarían en una reforma fiscal innovadora a nivel mundial.

En esta línea el actual gobierno tiene la posibilidad de generar “ecocolones” créditos fiscales acreditables que se obtiene del reciclaje. Cosas como esta nos haría generar una norma fiscal innovadora a nivel mundial.

Tercera oportunidad. Dar una nueva visión tributaria al país, además de generar incentivos y externalidades positivas, generar gastos deducibles amarrados sí o sí a la facturación electrónica. Así Hacienda tendría controles cruzados e identificaría un gran número de ocultos tributarios que serían desenmascarados por las mismas fuerzas del mercado. Serían obligados a tributar, pues sus compradores sí o sí solicitarían la factura electrónica con tal de poder acreditar su gasto. Mucha y nueva información para la Administración Tributaria.

Estas son solo algunas ideas de lo que podríamos esgrimir en una nueva reforma fiscal. Dejemos de copiar normativa española y pensemos fuera de la caja para lograr resultados distintos. La primera vez que hicimos un parque nacional en medio de Costa Rica fue un bosque, esa visión hoy nos tiene con una marca país. La oportunidad de avanzar, innovar y crear algo nuevo está, no debemos tenerle miedo al éxito.







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