Un repaso a los seis goles panameños
Gaetano Pandolfo gpandolfo@larepublica.net | Jueves 23 noviembre, 2023
Panamá nos aplastó en cuartos de final de Liga de Naciones, con marcador global de 6-1.
La superioridad de los canaleros fue contundente y manifiesta. Sin embargo, jamás cómo consuelo, sino cómo lección, es interesante repasar las acciones de los seis goles panameños, para que los errores que los gestaron, no se repitan.
El 1-0 en la Cueva nace de una falta innecesaria de Brandon Aguilera. Tiro libre que Michael Murillo deja en los mecates de Kevin Chamorro.
El 2-0 se gesta en una pésima salida de Juan Pablo Vargas. Sus compañeros de retaguardia van a la ofensiva, pero el “colombiano” pierde la pelota y da margen y espacio para que Carrasquilla le filtre a José Fajardo el 2-0.
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El 3-0 lo monta el mismo Carrasquilla en un contraataque letal. La retaguardia tica fue a rematar un tiro de esquina y la atraparon fuera de su zona. El creativo canalero, filtra un servicio perfecto al gigante Watterman, que fusila a Chamorro con el tercero.
En la vuelta, el 1-0 se gesta cuando a Manfred Ugalde lo despojan del balón, estando la “Sele” en posición de ataque. Bryan Oviedo acompañaba a Ugalde en la acción y queda descubierta su zona. Michael Murillo entra hasta la cocina, sirve el pase de la muerte, remata Rodríguez, rechaza Chamorro y José Fajardo devuelve a los cordeles.
El 2-0 se da por un yerro del portero Chamorro, que mide mal un remate lejano de José Luis Rodríguez y se lo come. El disparo del canalero era atajable, si Kevin hubiese utilizado otra técnica para detenerlo o rechazarlo.
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Y el 3-0 fue la sanción de penal a Giancarlo González, anotado por Bárcenas.
Si lo analizamos fríamente, de los seis goles de Panamá, dos fueron de “bola muerta”, tiro libre y penal y otro, lamentable fallo del portero Chamorro.
Todo esto es corregible, con más trabajo y concentración. Ni por asomo queremos dar a entender qué de no ser por esos yerros y desconcentraciones, se pudo vencer a Panamá. ¡Jamás!, pero si cumplir con un papel más decoroso.
Nos quedó la impresión de que el técnico Gustavo Alfaro se asesoró mejor para el juego de vuelta, habrá escuchado buenos consejos, cómo que la Selección Nacional juega mejor o menos mal con tres centrales en defensa que con línea de cuatro, que un jugador como Francisco Calvo es casi indispensable y que urgen delanteros centros altos y potentes, con capacidad y cuerpo para pelear balones arriba y no solo regatearlos sin peligro a ras del zacate.
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