Una aventura llamada Hanabi
| Viernes 14 marzo, 2008
Una aventura llamada Hanabi
Este restaurante japonés está regentado por una pareja con historias dignas de escuchar
Llegamos por sorpresa a Hanabi, por invitación de otra persona.
Al conocer sobre la identidad de la pareja de propietarios de este restaurante, la curiosidad emergió, e inevitablemente me encontré haciendo preguntas sobre las aventuras de la vida.
Roberto Ortiz, el esposo, sentado a la usanza japonesa al lado de nuestra mesa, en minutos derrocha historias fascinantes de cómo se fue a Japón a probar fortuna vendiendo todas sus pertenencias y negocio en San José, después de este haber sido asaltado dos veces.
En Japón pasó innumerables situaciones dignas de escuchar sobre vicisitudes de un emigrante sin papeles, hasta llegar al momento de triunfo cuando se enamora y casa con una japonesa.
Mientras él habla, a ella se le ve recorriendo el restaurante sin parar como esposa hacendosa que cuida de su casa e invitados, sonríe mientras atiende.
Tomomi (el nombre de ella) nos da su cuota de la historia, la cual es obligada, para así conocer “el otro lado de la moneda” (y en versión japonesa).
Al pedir el menú preguntando por recomendaciones verdaderamente japonesas, Tomomi habla de su infancia y de un plato que siempre le pedía a su mamá; imposible entonces negarse al amor y la ternura que evoca la historia y lo ordeno: son dos tortas hechas con una mezcla de 50% carne de res y de cerdo bañadas por una salsa dulce, definitivamente sabrosa receta casera.
A la mesa llegan también rollos de sushi hechos al gusto del paladar tico, preguntamos por qué no prepararlos a la usanza japonesa. Ella responde que así le gusta a la clientela y que después de haber evaluado al “sushi chef“ capacitado en un restaurante en Costa Rica, les gustó su trabajo y se quedó.
Síntesis: el restaurante Hanabi no busca ni sushi sofisticado ni hacer historia compitiendo con otros sitios que sirven este tipo de comida. Definitivamente tiene éxito al ver la clientela de ticos y extranjeros llegar, comer y retirarse sin esperar nada estrafalario ni ostentoso tanto en el ambiente como en la presentación
de los platos.
Pareciera un poco una casa descomplicada con una cocina minúscula expuesta, a la cual le haría unos cambios, pero no hay espacio, así que punto.
Roberto escucha atento unas recomendaciones que no dudo pondrá en práctica y las cuales son inevitables de dar, su actitud vale la pena, ¡ojalá muchos propietarios la tuvieran! Lo que pasa es que él conoce el valor del trabajo (y bien duro) y desea mejorar.
¿Qué esperar de este sitio? Ambiente estudiantil o mejor dicho universitario (porque también llegan profesores).
Una decoración agradable, un ambiente sencillo, dos niveles, en el superior con baranda abierta que mira hacia abajo. Un menú amplio con varios platos japoneses.
Una joven pareja trabajadora compuesta por dos aventureros , él por irse a Japón y ella por venirse a Costa Rica y dejar su cultura.
Nombre: Restaurante Japonés Hanabi
Teléfono: 253-9129
Dirección: 350 metros al norte del Mall San Pedro (Hotel Ave del Paraíso, planta baja)
Horario: Lunes a sábado de 11 a.m. a 3 p.m. y de 5 p.m. a 9 p.m.
Este restaurante japonés está regentado por una pareja con historias dignas de escuchar
Llegamos por sorpresa a Hanabi, por invitación de otra persona.
Al conocer sobre la identidad de la pareja de propietarios de este restaurante, la curiosidad emergió, e inevitablemente me encontré haciendo preguntas sobre las aventuras de la vida.
Roberto Ortiz, el esposo, sentado a la usanza japonesa al lado de nuestra mesa, en minutos derrocha historias fascinantes de cómo se fue a Japón a probar fortuna vendiendo todas sus pertenencias y negocio en San José, después de este haber sido asaltado dos veces.
En Japón pasó innumerables situaciones dignas de escuchar sobre vicisitudes de un emigrante sin papeles, hasta llegar al momento de triunfo cuando se enamora y casa con una japonesa.
Mientras él habla, a ella se le ve recorriendo el restaurante sin parar como esposa hacendosa que cuida de su casa e invitados, sonríe mientras atiende.
Tomomi (el nombre de ella) nos da su cuota de la historia, la cual es obligada, para así conocer “el otro lado de la moneda” (y en versión japonesa).
Al pedir el menú preguntando por recomendaciones verdaderamente japonesas, Tomomi habla de su infancia y de un plato que siempre le pedía a su mamá; imposible entonces negarse al amor y la ternura que evoca la historia y lo ordeno: son dos tortas hechas con una mezcla de 50% carne de res y de cerdo bañadas por una salsa dulce, definitivamente sabrosa receta casera.
A la mesa llegan también rollos de sushi hechos al gusto del paladar tico, preguntamos por qué no prepararlos a la usanza japonesa. Ella responde que así le gusta a la clientela y que después de haber evaluado al “sushi chef“ capacitado en un restaurante en Costa Rica, les gustó su trabajo y se quedó.
Síntesis: el restaurante Hanabi no busca ni sushi sofisticado ni hacer historia compitiendo con otros sitios que sirven este tipo de comida. Definitivamente tiene éxito al ver la clientela de ticos y extranjeros llegar, comer y retirarse sin esperar nada estrafalario ni ostentoso tanto en el ambiente como en la presentación
de los platos. Pareciera un poco una casa descomplicada con una cocina minúscula expuesta, a la cual le haría unos cambios, pero no hay espacio, así que punto.
Roberto escucha atento unas recomendaciones que no dudo pondrá en práctica y las cuales son inevitables de dar, su actitud vale la pena, ¡ojalá muchos propietarios la tuvieran! Lo que pasa es que él conoce el valor del trabajo (y bien duro) y desea mejorar.
¿Qué esperar de este sitio? Ambiente estudiantil o mejor dicho universitario (porque también llegan profesores).
Una decoración agradable, un ambiente sencillo, dos niveles, en el superior con baranda abierta que mira hacia abajo. Un menú amplio con varios platos japoneses.
Una joven pareja trabajadora compuesta por dos aventureros , él por irse a Japón y ella por venirse a Costa Rica y dejar su cultura.
Nombre: Restaurante Japonés Hanabi
Teléfono: 253-9129
Dirección: 350 metros al norte del Mall San Pedro (Hotel Ave del Paraíso, planta baja)
Horario: Lunes a sábado de 11 a.m. a 3 p.m. y de 5 p.m. a 9 p.m.