Sobre el Examen de Equiparación de Títulos Extranjeros de Medicina ante la Universidad de Costa Rica
Una herramienta descalibrada
Walter Brenes wbrenes@elawf.com | Lunes 03 junio, 2019
Un grupo de médicos extranjeros y costarricenses que se graduaron fuera de nuestro país se sometió a las dos últimas convocatorias —2017 y 2018— del examen de equiparación de su título de medicina elaborado por la Escuela de Medicina de la Universidad de Costa Rica.
Las pruebas realizadas en el 2017 y 2018 han presentado falencias a nivel pedagógico, al punto de que en la última convocatoria solamente un candidato de 79 que presentaron el examen lo aprobó.
Tales fracasos nos obligan a preguntarnos dónde se encuentra el fallo sistemático, ya que para el 2018 solamente un doctor en medicina logró ganar ese examen. ¿Acaso tales yerros obedecieron a la falta de capacidad de los evaluados? ¿Por qué es que solo uno de ellos logró alcanzar la calificación mínima de 70 puntos de 100 posibles? Parece ser necesario e importante ahondar en las razones y en los cuestionamientos de este resultado.
Una buena parte de esos doctores provienen de casas de enseñanza superior con historias centenarias, desde la Universidad Central de Venezuela, fundada en 1721, la Universidad de los Andes, 1785, la Universidad del Zulia, 1891, y hasta la Universidad de Carabobo, 1892, por citar algunos casos.
Ahora bien, según nuestra posición y estudio de la prueba, la misma posee falencias metodológicas sumamente graves, como lo evidencia el hecho de que muchas de las preguntas admitían hasta dos o tres respuestas correctas, cuando solo una sería admitida como válida para otorgar el punto —una falla reconocida incluso por la misma Vicerrectoría de Docencia de la UCR—.
Según las normas generales emitidas en la resolución VD-R-97862017 —convocatoria para la realización de Examen General Básico Clínico— “Cada pregunta con un enunciado habrá una alternativa correcta y tres alternativas incorrectas”.
El hecho de que estas preguntas posean hasta tres respuestas correctas es parte de las falencias que evidencian la existencia de un criterio subjetivo en la evaluación, que lleva al evaluado al error, por cuanto, independientemente del inciso que elija, la pregunta está mal elaborada e incumple con la citada resolución de la Vicerrectoría de Docencia de la UCR, generando de este modo una injustificable confusión en los evaluados.
Es así como podríamos concluir entonces que estamos frente a un instrumento nulo; estos profesionales en medicina fueron sometidos a un instrumento viciado o una herramienta descalibrada, que lejos de evaluar o comparar su grado de conocimiento fue diseñado para conducirlos deliberadamente al fracaso.
Walter Brenes
Socio Director de la firma de abogados Energy Law Firm
Energy Law Firm