Una revolución sostenible
Candilejas candilejas.cultura@gmail.com | Viernes 02 octubre, 2020
Optimizar rentabilidad-riesgo de las inversiones y reducir el riesgo de una reputación derivada de inversiones inadecuadas es posible.
Esto lo están haciendo muchos inversionistas en Costa Rica y el mundo.
Se trata de la revolución ESG (por sus siglas inglesas de Environmental, Social y Governance), que incorpora los criterios ambientales, sociales y de gobernanza, en la toma de decisiones de inversión.
Un fenómeno que parece imparable, rentable financiera y socialmente.
Es una importante contribución al cambio de cultura que necesita el mundo.
Parece ser una invitación a la decencia, que incluye muchos aspectos.
Aunque los tres pilares que sostienen los criterios ESG no son nuevos, su aplicación a la inversión sí lo es. Se trata de un factor adicional utilizado como complemento a aquellas técnicas clásicas de inversión fundamental.
Por otra parte, la demanda por inversiones sostenibles parece estar impulsada principalmente por la generación del milenio o milénica, del inglés millennial generation.
De acuerdo con una encuesta liderada por el banco de inversión Morgan Stanley a clientes con al menos un portafolio de inversión de US$100.000, 85% de la población en general y 95% de los millennials encuestados expresan interés en la inversión sostenible.
Así, las acciones con bajos estándares o políticas ESG tienden a tener un riesgo mayor.
Esta revolución en la economía, que ha llegado para quedarse aunque hasta ahora haya ido creciendo lentamente, pondera la inversión responsable, definida por la sostenibilidad medioambiental; el respeto del ser humano y de sus condiciones laborales; y por la transparencia, la ética y las buenas prácticas de gobierno corporativo.
Un nuevo modelo de inversiones conocido y acogido ya, pero no por todas las personas. De ahí la necesidad de enfocarlo.
La actual pandemia Covid-19, visibilizó la importancia del accionar inversionista ESG, que propicia la transformación del modelo productivo.
Éste, entre otros aspectos ya mencionados, cuenta con la digitalización como herramienta invaluable para el progreso, a la vez que ha de ser tomada en cuenta como factor contaminante que se debe sumar al resto para encontrar el equilibrio sostenible.
Los inversionistas fijan atención en sectores como telemedicina, eficiencia energética, educación a distancia, biotecnología, entre otros.
Se trata de los sectores hoy llamados economía low touch (en español, de bajo contacto).
La responsabilidad, la ética, la gestión transparente, son algunas de las características de la evolución que vive la economía en el mundo.
Por otro lado, este nuevo modelo económico puede contribuir a estar en buenas condiciones de enfrentar en cualquier momento un fenómeno inesperado como la actual pandemia y salir adelante.
La digitalización y la presencialidad en los sectores productivos, como parte de la planificación y gestión, estarán listos para cualquier tipo de nueva normalidad.
Los inversionistas identifican ésto con facilidad en el mundo interconectado de hoy.
Si un nuevo mundo está emergiendo, con buenos valores, los países que tomarán ventaja en la atracción de inversiones extranjeras o nacionales, son aquellos que adopten el nuevo modelo económico garantizando sostenibilidad.
Y no se trata de una visión a futuro. La economía sostenible es el presente.
Quienes no valoren los beneficios del cambio, quedarán achatados y débiles ante la acción de la gente que si los ve y los asume con decisión e inteligencia.
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Carmen Juncos Biasutto y Ricardo Sossa Ortiz
Editores jefes y Directores de proyectos
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Fuente: recogido de ESG, el auge de las inversiones responsables, Wikipedia, Así son las empresas por las que apuestan los inversores: verdes, éticas y que requieren poco contacto físico entre personas y elaboración propia.