Una Semana Santa distinta

La Semana Santa es parte de nuestra fe cristiana, un tiempo para celebrarla resurrección de Jesucristo. También es una época en la que se celebra la Pascua Hebrea o Pesaj, un recordatorio de los israelitas de su liberación de los egipcios. Se trata de tradiciones que no son ajenas entre los costarricenses.

Celebradas tanto por convicción como por una enorme tradición, las actividades que se desarrollan durante este período están siempre presentes en nuestras mentes y recuerdos. Evocan a devoción, a fe, a familia, a enseñanzas, a costumbres, a reflexión, a tiempo bien aprovechado.

Este 2021, debido a la pandemia ocasionada por el Covid-19, algunas de las más tradicionales formas de celebrar la Semana Santa no se podrán llevar a cabo como en años anteriores. Por eso, les invito a través de esta columna a llevar la celebración a otro nivel, quizá más íntimo y personal, pero de una forma que pueda tener un impacto en nuestras vidas y en las de quienes nos rodean.

Son siete acciones que podemos realizar de manera sencilla, que pueden traer alivio o consuelo a otros, que nos invitan a ser mejores personas, más sensibles, más dispuestas a ayudar, a perdonar, a servir; más comprometidas a llevar a los hechos nuestras creencias, valores, principios. El propósito es realmente seguir el ejemplo de ese Jesús al que recordamos durante la Semana Santa.

Durante su injusto arresto en el huerto de los olivos, el Salvador sanó la oreja del siervo del sumo sacerdote, a quien Pedro había herido. Mi invitación es a devolver bien en lugar de mal, a controlar la ira, los malos sentimientos, a pensar en bendecir antes de maldecir.

Cuando Jesús oró en el Getsemaní, pidió de manera particular que no se hiciera su voluntad. Nuestro reto en esta semana es llegar a ser mejores individuos, aceptar la voluntad de Dios y actuar en consecuencia, ser más obedientes y dispuestos a hacer lo correcto, aun cuando las dificultades y desafíos de la vida sean complicados.

Así como Jesús les lavó los pies a sus discípulos, los consoló, hoy les invito a pensar en alguien a quien puedan apoyar o confortar en esta Semana Santa, a quien podrían ayudar a no sentir temor a pesar de las circunstancias que está viviendo. El Covid-19 y la mala administración de este gobierno tienen a mucha gente sufriendo.

Quizá sea el momento de llamar a alguien que anteriormente no haya creído en usted, como pasó con Tomás, y fortalecer lazos, sin reproches. Es el tiempo para reconocer que todos nos equivocamos, como pasó con Pedro, quien negó tres veces a Jesús, pero ideal para ver el valor o potencial de los demás y reconciliarnos con quien quizá nos dio la espalda en momentos difíciles.

Crucificado, con mucho dolor físico y emocional, Jesús pidió a su Padre que perdonara a quienes recién lo habían ofendido y lastimado. ¿Tenemos a alguien a quien podamos perdonar sinceramente en estos días y con quien podamos escribir nuevos capítulos?

Jesús instauró la Santa Cena como un tiempo para compartir, reflexionar, buscar unidad, demostrar amor y actitud de servicio. Esta Semana Santa, también podemos encontrar momentos para alcanzar, con nuestra familia, estos mismos objetivos.

Ojalá que nuestras buenas acciones vayan más allá de esta celebración y perduren en nosotros durante muchos días. Ojalá que juntos podamos construir una Nueva República solidaria, justa, trabajadora y que genere bienestar para todos los costarricenses.