Una solución con muchos beneficios
Candilejas candilejas.cultura@gmail.com | Viernes 11 enero, 2019
¿Podemos unir la cadena de abastecimiento para transformar materia orgánica en abono orgánico en Costa Rica? Sí.
Algunas personas necesitan abono orgánico pero no saben dónde obtenerlo. Otros lo elaboran pero no venden lo suficiente para crecer en esa actividad.
Falta ese eslabón de la cadena.
Mientras tanto, “Costa Rica que se vende como país verde, es el principal consumidor de agroquímicos por unidad de área y tiempo en el mundo”.
Esta afirmación la hace Fabián Pacheco, Director del Centro Nacional Especializado en Agricultura orgánica del Instituto Nacional de Aprendizaje, INA, y organizador del primer congreso del INA en este tipo de cultivo. Asistieron al mismo 80 agricultores orgánicos.
Ese evento contó con la participación del español Ramón Plana González, quién es reconocido internacionalmente como “maestro compostador”.
Él es doctor en biología, desarrolla su actividad profesional como consultor y formador en tratamientos biológicos de residuos orgánicos. Es experto en el proceso de compostaje y ha realizado su tesis doctoral en el desarrollo de protocolos de trabajo eficientes en instalaciones industriales de tratamiento de residuos orgánicos por procesos biológicos.
“En Costa Rica se puede transformar materia orgánica en abono orgánico, pero hace falta unir la cadena de abastecimiento”, dice.
“Que el agricultor vea que sí hay suficientes fuentes de materia orgánica para producir el compost que necesite”. Esa materia orgánica no es un desecho sino un insumo”, agrega.
¿Y cómo lograr esa producción en cantidad suficiente sin malos olores?
El experto afirma que, para hacerlo en Costa Rica, no se deben copiar modelos de Europa ni de Estados Unidos, sino trabajar para lograr un modelo propio, o bien, podrían ser varios tipos de modelos de acuerdo a las condiciones de cada región o comunidad.
Marianela Rodríguez, por ejemplo, gestora ambiental de la municipalidad de San Rafael de Heredia, explica cómo lograron implementar hace tres años la producción de compost en ese municipio.
“Ya convertimos en compost la materia orgánica de 250 hogares, sin malos olores, gracias al procedimiento que utilizamos y que proviene de la tesis de grado de la estudiante de gestión ambiental de la Universidad Nacional Alina Aguilar”, dice Marianela.
“Recogemos 700 kilos por semana de materia orgánica de las casas y lo transformamos en compost, que vendemos luego a quién lo necesite. Buscamos vender más para ampliar el área de cobertura”, cuenta la gestora ambiental.
Este producto se llama “San Rafael verde y fértil”.
De esa manera, no solo permiten a mucha gente mantener cultivos mediante abono orgánico, sino que contribuyen a no contaminar con los residuos orgánicos de las casas de la comunidad, que de otro modo irían a parar a los botaderos de basura.
La comunidad de Santa María de Río Jiménez de Guácimo, desarrolla una iniciativa de este tipo, para crear huertas caseras, gracias al conocimiento aportado por el Tecnológico de Costa Rica.
Afortunadamente, “en Costa Rica la agricultura orgánica viene creciendo, tenemos una de las mejores leyes para esto.
Existe una fuerte demanda en hoteles y otros establecimientos que quieren diferenciarse ofreciendo productos sanos, de manera sostenible”, asegura Fabián Pacheco.
“La propuesta que queremos hacer desde el INA es poder tejer este mundo de los agricultores - desde los pequeños a los más grandes - que tienen todo el conocimiento y las máquinas para hacer compost, un trabajo que además podría aliviar a las municipalidades el problema de la basura”, concluye Fabián.
Una solución para que en Costa Rica la alimentación sea más sana y contaminemos menos.
Carmen Juncos Biasutto
Editora jefa y Directora de proyectos