Uso de celulares y videojuegos deben tener un límite claro para evitar la deserción escolar: Marianela Núñez, Rectora de ULACIT
Realizar una agenda de trabajo semanal, incluyendo descansos, recreación y estudio, es un método valioso
Esteban Arrieta earrieta@larepublica.net | Domingo 04 agosto, 2024 09:00 a. m.
Para evitar que los escolares y colegiales dejen las aulas, los padres de familia deben establecer límites claros para el uso del celular y los videojuegos, de lo contrario, se corre el riesgo de que haya más posibilidades de que los alumnos abandonen los estudios, de acuerdo con Marianela Núñez, rectora de ULACIT.
Al terminarse las vacaciones de medio período y reanudarse las clases, los padres deben estar atentos y buscar ayuda en los centros de estudio para potenciar las oportunidades de sus hijos.
Realizar tutorías individuales, grupos de estudio y talleres de habilidades académicas que proporcionen el apoyo necesario que los estudiantes necesitan, son algunas de las estrategias para enderezar los malos resultados del curso lectivo al llegar a la mitad del camino.
¿Cuánto puede afectar en la deserción escolar el uso del teléfono celular y otras distracciones como los videojuegos?
Sin duda, el celular como los videojuegos pueden ser en muchos casos elementos distractores que impactan la continuidad de los estudios.
Sin embargo, la institución educativa, docentes y padres de familia deben tener reglas y límites claros para utilizar la tecnología solo en momentos determinados, es decir, el celular se puede utilizar como un curso pedagógico pero no como distractor, de forma que se pueda utilizar para realizar actividades interactivas, buscar información, entre otros.
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¿Qué hacer para que un estudiante no abandone las aulas?
Es fundamental crear un entorno escolar inclusivo y de apoyo, que fomente el sentido de pertenencia y motivación con apoyo académico personalizado que ayude a los estudiantes que enfrentan dificultades. Por ejemplo, se pueden realizar tutorías individuales, grupos de estudio y talleres de habilidades académicas que proporcionen el apoyo necesario que los estudiantes necesitan. Las familias también juegan un papel vital en la prevención de la deserción escolar, por ello los padres deben fomentar una cultura de aprendizaje continuo que trascienda las aulas y se extienda a lo largo de la vida de las personas.
La educación no termina con un título, sino que es un proceso continuo de crecimiento y desarrollo personal y profesional.
¿Cómo enderezar el rumbo escolar de un alumno a la mitad del camino?
Es esencial adoptar un enfoque integral que aborde tanto los aspectos académicos como los emocionales y sociales del estudiante.
Por ejemplo, realizar una agenda de trabajo semanal, incluyendo descansos, recreación, alimentación y diseñar con los papás un panorama de cuáles son las carreras a las que se les debe dedicar más tiempo. Es muy importante el involucramiento de los padres de familia en este proceso, tanto para apoyar al estudiante, como para impulsarlo a alcanzar la meta.
¿Cómo lograr que los estudiantes se interesen realmente por los estudios?
Es muy importante contar con docentes actualizados y motivados, también la educación basada en proyectos les aporta mucho a los estudiantes, al presentarles retos y desafíos que los hagan crecer.
Se debe promover que los alumnos realicen trabajos en equipo, para que desarrollen habilidades blandas y vínculos socio-afectivos que los involucren en el proceso educativo.