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Valorando los cambios en Educación

Arturo Jofré arturojofre@gmail.com | Viernes 21 noviembre, 2008


Valorando los cambios en Educación

Arturo Jofré

El Ministro de Educación ha lanzado un cambio que tendrá importantes repercusiones en la enseñanza secundaria del país. Este será el tema obligado en cada colegio y en miles de hogares. Analicemos, con la información entregada, los alcances y posibilidades de los cambios ya aprobados por el Consejo Superior de Educación.
El corazón de la reforma está en dos puntos: (1) el estudiante no tendrá que repetir las materias que ya ha aprobado y, a cambio, puede adelantar materias de niveles superiores; (2) se separa la evaluación académica de lo que es la evaluación de la conducta del estudiante. El concepto básico de la reforma es sólido y justo. Dado que estamos ante una reforma que puede traer grandes beneficios a estudiantes, padres de familia y al país en general, es importante reflexionar sobre la misma.
Los cambios en educación son complicados. La educación, como sistema, curiosamente es muy conservadora y tiende a acomodarse a las prácticas vigentes, por lo que la reacción al cambio es fuerte. Por otra parte, estamos en presencia de una reforma de gran cobertura, con muchos miles de actores con diferentes apreciaciones e intereses, lo que hace necesario un gran esfuerzo de comunicación y de asimilación de la misma. Un tercer factor que afecta es que en educación abundan las ideas, pero cuesta que se aterricen, y cuando alguien lo hace, la crítica tiende a concentrarse más en lo negativo. Lo cierto es que el ministro Garnier ha sabido aterrizar buenas ideas y ese es un buen prólogo para una reforma de este calibre.
Los cambios se basan en ideas fuertes, en diseños que simulen escenarios viables para aplicar estas ideas y, finalmente, en una ejecución exitosa. En este caso tenemos ideas fuertes y un diseño avanzado, pero aún en proceso. El éxito de la ejecución dependerá mucho del buen diseño previo. Como se dice popularmente, el diablo está en los detalles, es ahí donde los diseñadores deben hacer gala de su capacidad para simular las situaciones que se pueden dar y anticiparse a los hechos, a fin de capacitar a quienes enfrentarán la ejecución “in situ”.
Todo cambio por bueno que sea trae inherentes sus propias limitaciones. Esto implica que tenemos que estar atentos para que esas limitaciones se atenúen. Es aquí donde los diseñadores deben presentar con antelación sus propuestas. Un ejemplo, el sistema vigente hace que el estudiante haga un mayor esfuerzo para no repetir el año; el nuevo sistema puede generar más conformismo.
Alumnos y padres de familia, directa o indirectamente, están consultando a sus maestros sobre qué opinan de estos cambios. Es importante que todos tengamos una actitud positiva hacia estas ideas, porque eso ayuda a disfrutar el cambio desde ya y porque la motivación es el mejor remedio para que las cosas caminen. Hay una buena razón para hacerlo: el corazón del cambio está bien concebido. Los maestros saben que educar es entusiasmar a otros y aquí hay una buena oportunidad para hacerlo.

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