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¡Vestida de gala!

Gaetano Pandolfo gpandolfo@larepublica.net | Lunes 15 septiembre, 2014


Toda la delegación de Costa Rica que participó en la Copa Centroamericana de la UNCAF, celebró en el césped del Memorial Coliseum la conquista de la Copa, la octava en sus vitrinas. www.imagenesencostarica.com/La República


¡Vestida de gala!

Cual si fuera princesa, Costa Rica se subió al escenario y ofreció al público hermosa velada para coronarse reina

Jugando uno de los partidos más atractivos de los últimos años, incluidos los espectaculares juegos tácticos del Mundial en Brasil, la Selección Nacional se coronó la noche del sábado campeona de la Copa Centroamericana (UNCAF), derrotando en la final 2-1 a su similar de Guatemala.
A pesar de la ausencia de varios mundialistas que debieron retornar a sus clubes para cumplir compromisos de campeonato, el equipo de Paulo César Wanchope se lució desde el primer minuto, con un fútbol agresivo, ofensivo, bien hilvanado y tejido, amparado en el talento de Bryan Ruiz, la movilidad y transporte del balón de Juan Bustos Golobio y el desequilibrio de Johan Venegas, recostado a la derecha del ataque.
Costa Rica no renunció a un fútbol coordinado, vertiginoso, de fulminantes asociaciones en las que el balón pasaba de pie a pie por todas las zonas del equipo, eso sí, sin destino final feliz.
La obsesión por atacar de los discípulos de Wanchope, morían en la antesala que da el éxtasis de la anotación y la verdad que el portero chapín, Ricardo Jerez no pasó mayores apuros antes de ser pulverizado por los morteros de Ruiz y Bustos. Sin embargo, los espectadores saben reconocer el buen accionar de una escuadra y la “Sele”, jugó muy bien, agradó las retinas de los aficionados, fue aplaudida con merecimientos y en el partido que interesaba, el último, el final, fue mejor que su adversario, lo superó, lo dobló después de que Guatemala abrió la cuenta y solo cuando se quedó sin piernas en el largo cierre del evento, Costa Rica se atrincheró desgastada físicamente a ver cómo evitaba el chaparrón. El técnico reforzó la retaguardia, el juego bonito fue archivado y la Tricolor se dedicó a defender la mínima ventaja.
Un arbitraje impecable, excelente del canalero Roberto Moreno y de sus asistentes, ayudó a la causa y la Selección Nacional regresó a casa con su octava Copa en el bolsillo.
Habrá nuevo premio millonario para las arcas federativas y el máximo objetivo de la competencia también se cumplió.
Como monarca, Costa Rica se clasificó directamente a la edición centenaria de la Copa América, a jugarse en 2016 en Estados Unidos.

Gaetano Pandolfo
gpandolfo@larepublica.net







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