“¿Viene el Smart Car? ¡Ojalá que sí!”: CEO Grupo Purdy
Walter Herrera wherrera@larepublica.net | Martes 06 abril, 2021 09:26 a. m.
En los últimos meses se multiplicaron los rumores según los cuales Apple produciría un carro, al cual ya se ha bautizado informalmente como el “I Car”.
Aunque los primeros comentarios han sido desmentidos, aún persisten.
¿Podrá la empresa que revolucionó el mundo de las computadoras, la música y los teléfonos móviles provocar el mismo efecto en la industria vehicular?
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En términos generales se considera que la industria automotriz inició por la década de 1890 y poco tiempo después la producción masiva de automóviles revolucionó la idea de movilidad que iniciaron artesanos europeos.
La necesidad de movilizarse siempre estuvo y fue sacudida hasta sus cimientos con la invención de los motores de combustión interna, el establecimiento de una red de servicio, los progresos en la ciencia de los materiales y de la electrónica.
Los tiempos siguieron cambiando y la industria también.
Hoy somos testigos de una revolución no menos significativa que gira alrededor de cuatro ejes (desde el punto de vista del fabricante) y de un nuevo modelo de acceso a la movilidad (desde la óptica del consumidor).
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Dicha revolución vista desde el fabricante se resume en la sigla CASE, pues los carros serán “conectados” (con la infraestructura como calles, semáforos, otros carros, los teléfonos celulares y un largo etcétera); “autónomos” (pues tendrán en forma creciente la capacidad de no requerir un ser humano al volante); “compartidos” (ya no será una relación de 1:1 entre vehículo y usuario) y “electrificados” (donde la energía provendrá de fuentes diferentes).
Mientras que, desde el punto de vista del consumidor la posibilidad de acceder a diferentes servicios de movilidad cuándo y dónde le sean necesarios.
En Costa Rica ya se dan los primeros pasos, de manera participativa y apuntando al reto de facilitar la vida de las personas con una forma revolucionaria de movilidad.
En tanto, no sería sorpresa, ni debería extrañarnos como otras empresas globales con fuertes pilares en innovación, conectividad y tecnología quieran participar y se vean tentadas en adentrarse y desarrollar el primer vehículo eléctrico y autónomo.