Viernes realmente negro
Danny Canales dannycanales.asesor@larepublica.net | Viernes 25 noviembre, 2011
Crece malestar popular contra el Gobierno
Viernes realmente negro
No estamos al borde de un estallido, afirma Ministro de Comunicación
El Gobierno enfrenta un viernes negro y no porque haya salido de compras.
Más bien, tiene que ver con el brote de protestas que enfrenta, de parte de varios sectores, que se muestran disgustados con el trato que se les ha dado.
La molestia la causan varios factores: la falta de rumbo del país, el retroceso en la condición de vida de la población y la preocupación por las consecuencias económicas de aprobarse el plan fiscal.
En Casa Presidencial, no consideran que haya un descontento generalizado, sino más bien perciben que los reclamos son por intereses particulares.
Sin embargo, lo cierto es que el Gobierno enfrenta actualmente una cadena de quejas, de distintos grupos.
Solo esta semana, se realizaron siete protestas.
Los médicos, fueron a huelga general ayer en solidaridad con los anestesiólogos quienes dejaron sus quehaceres de lado en reclamo de más dinero y vacaciones.
Paralelamente un grupo de estudiantes se manifestaba frente al Congreso en repudio por el impuesto del 2% que pretende imponer el plan fiscal a la educación privada.
Además los empleados del Consejo Nacional de Producción y de la Fábrica Nacional de Licores realizaron una marcha este miércoles, manifestándose en contra del plan de reestructuración de estas entidades.
La Imprenta Nacional también está en huelga desde hace una semana, pues sus empleados exigen que les cumplan varios puntos de la convención colectiva, sobre todo en lo que a la remuneración se refiere.
A esas protestas se agregan los taxistas, molestos por la incapacidad del Gobierno de eliminar la competencia de piratas y porteadores, así como los agricultores, preocupados por un posible cambio en la forma de fijar el precio del arroz.
Si no fuera suficiente, varios vecinos del oeste de la capital exigen el cierre del peaje de Ciudad Colón de la carretera de Caldera.
El descontento es producto de la poca capacidad del Gobierno para sacar la tarea, sobre todo la falta de liderazgo presidencial, una división en la fracción legislativa oficialista y la crisis financiera, opinó Francisco Barahona, analista político.
La convulsión social podría empeorar, de aprobarse la propuesta reforma fiscal, una vez que los sectores afectados sientan el impacto en los bolsillos, agregó.
Mientras tanto, la posibilidad de que surja un movimiento mayor es descartada en Casa Presidencial.
No estamos al borde de un estallido, lo que se está presentando son protestas por intereses particulares, que no tienen un sustento común, dijo Roberto Gallardo, ministro de Comunicación.
Pero, fuera de Zapote no se descarta que la molestia popular crezca y se forme un gran movimiento que exija una reivindicación al Gobierno, manifestó Albino Vargas.
Danny Canales
dcanales@larepublica.net
Colaboró el periodista Johnny Castro
Viernes realmente negro
No estamos al borde de un estallido, afirma Ministro de Comunicación
Más bien, tiene que ver con el brote de protestas que enfrenta, de parte de varios sectores, que se muestran disgustados con el trato que se les ha dado.
La molestia la causan varios factores: la falta de rumbo del país, el retroceso en la condición de vida de la población y la preocupación por las consecuencias económicas de aprobarse el plan fiscal.
En Casa Presidencial, no consideran que haya un descontento generalizado, sino más bien perciben que los reclamos son por intereses particulares.
Sin embargo, lo cierto es que el Gobierno enfrenta actualmente una cadena de quejas, de distintos grupos.
Solo esta semana, se realizaron siete protestas.
Los médicos, fueron a huelga general ayer en solidaridad con los anestesiólogos quienes dejaron sus quehaceres de lado en reclamo de más dinero y vacaciones.
Paralelamente un grupo de estudiantes se manifestaba frente al Congreso en repudio por el impuesto del 2% que pretende imponer el plan fiscal a la educación privada.
Además los empleados del Consejo Nacional de Producción y de la Fábrica Nacional de Licores realizaron una marcha este miércoles, manifestándose en contra del plan de reestructuración de estas entidades.
La Imprenta Nacional también está en huelga desde hace una semana, pues sus empleados exigen que les cumplan varios puntos de la convención colectiva, sobre todo en lo que a la remuneración se refiere.
A esas protestas se agregan los taxistas, molestos por la incapacidad del Gobierno de eliminar la competencia de piratas y porteadores, así como los agricultores, preocupados por un posible cambio en la forma de fijar el precio del arroz.
Si no fuera suficiente, varios vecinos del oeste de la capital exigen el cierre del peaje de Ciudad Colón de la carretera de Caldera.
El descontento es producto de la poca capacidad del Gobierno para sacar la tarea, sobre todo la falta de liderazgo presidencial, una división en la fracción legislativa oficialista y la crisis financiera, opinó Francisco Barahona, analista político.
La convulsión social podría empeorar, de aprobarse la propuesta reforma fiscal, una vez que los sectores afectados sientan el impacto en los bolsillos, agregó.
Mientras tanto, la posibilidad de que surja un movimiento mayor es descartada en Casa Presidencial.
No estamos al borde de un estallido, lo que se está presentando son protestas por intereses particulares, que no tienen un sustento común, dijo Roberto Gallardo, ministro de Comunicación.
Pero, fuera de Zapote no se descarta que la molestia popular crezca y se forme un gran movimiento que exija una reivindicación al Gobierno, manifestó Albino Vargas.
Danny Canales
dcanales@larepublica.net
Colaboró el periodista Johnny Castro