Vino para quedarse

Los juegos de palabras siempre dejan al lector u oyente pensando y este título lo prueba.

La reflexión es pensar que algo que se predijo tiempo atrás con el vino ya se convirtió en tendencia y no hay vuelta atrás.

El análisis puede ser amplio y las opiniones de lo más diversas, sin lugar a dudas hubo un cambio de consumo en los últimos años y a pesar de la crisis actual el hábito fue transformándose con el.

Actualmente es un aspiracional estar al tanto de nuevas etiquetas, cepas o regiones, es tema de conversación, una forma de pasarlo estupendamente con amigos o recién conocidos, una posibilidad para cerrar un acuerdo comercial, y desde ya seducir a otra persona.

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Se habló durante un largo período de moda, algo peligroso teniendo en cuenta una actividad que involucra a tanta gente.

Sin embargo, ya no es una novedad ni algo tan original estar al tanto de cepas, orígenes y marcas, aunque sí lo es trabajar en este campo en países productores y no productores.

Está tan ligado al placer que resulta de lo más curioso pensar que se puede vivir de profesiones vinculadas al vino.

Con idas y venidas, situaciones económicas y políticas adversas, en tiempos de crisis, también pareciera ser un escape bien visto.

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Disfrutar de una comida, hacer un curso especializado, visitar una región vitivinícola, tiene el aval de esta clase media que todavía resiste.

Muchos alumnos y graduados comentan entre risas: “aquellas clases resultaron carísimas”, sin dudas no hay vuelta atrás ya que la invitación es relacionar al vino con un momento de disfrute, el que cada persona pueda costear, prestando la suficiente atención y enorme respeto hacia los “comunicadores de tan noble oficio”.

Marina Beltrame

Directora

Escuela Argentina de Sommeliers