Vuelven los fantasmas del hueco fiscal
Jonathan Prendas jonathan.prendas@gmail.com | Lunes 22 marzo, 2021
Jonathan Prendas
Diputado
Nueva República
Los fantasmas del hueco fiscal reaparecieron y trajeron a nuestras memorias uno de los peores casos de terror político en la historia reciente de Costa Rica. Nos recordó la pesadilla creada por Luis Guillermo Solís, quien casi quiebra al país exponiéndolo al impago de la deuda.
La Fiscalía allanó la semana pasada el Ministerio de Hacienda y las viviendas del exministro y exvicepresidente, Helio Fallas, y del actual subtesorero nacional, como parte de una investigación relacionada con las riesgosas y poco transparentes inversiones hechas en Bancrédito con fondos públicos.
El gobierno de Solís promovió la “compras de títulos” en ese banco, para según él tratar de ayudar a la institución a solucionar sus problemas de liquidez. El problema era que ya sabía que la posibilidad de retorno era muy baja, por lo que con estas “inversiones” puso en riesgo la plata de todos. De hecho, Bancrédito fue intervenido porque no le pudo devolver a Hacienda los más de ¢100.000 millones que ésta había colocado allí.
El documento enviado al Ministerio Público en la causa de la extinta entidad bancaria establece que se realizó esa pseudo inversión para ocultar, de forma “premeditada, artificiosa y fraudulenta”, la “verdadera finalidad (…) y que consistió en un plan delictivo de trasladar ilícitamente dineros a dicho banco sin intención real de recuperarlos”.
De acuerdo con la Contraloría General de la República, esta decisión afectó el flujo de caja del Presupuesto Nacional del 2018 y puso en serio riesgo el cumplimiento de los compromisos hacendarios. Además, contribuyó a aumentar el déficit fiscal de dicho período.
En otras palabras, fue una de las mechas de pólvora que terminaron por encender el tema del hueco fiscal, el conocido procedimiento que orquestó el gobierno de Solís para solicitar en el presupuesto del 2018 una cantidad de dinero que de antemano sabía que no era suficiente, en un intento por maquillar el estado de las finanzas públicas. En consecuencia, le heredó al gobierno actual un faltante cercano a los ₡900.000 millones.
Como lo denunció Nueva República en las investigaciones que lideramos en el Congreso en torno al hueco fiscal, las pésimas decisiones de Solís y su equipo incluyeron pedir más dinero a corto plazo de lo que estaba autorizado –lo cual expuso al país a no cumplir con sus compromisos de deuda-, brincarse las leyes, a la Asamblea y actuar en las sombras para no revelar la precaria situación de la economía costarricense durante su gobierno.
Las acciones del expresidente fueron irresponsables, riesgosas y con un fuerte componente político, pues también tenían como fin favorecer al partido oficialista durante el período de las elecciones. Había que tapar a toda costa semejante relajo.
En ese contexto, hoy vemos que los fantasmas empiezan a salir de nuevo porque ya se ven las mismas actitudes egoístas del PAC que desataron el fraude de Bancrédito y posteriormente el hueco fiscal. El partido en el gobierno empezó a hacer campaña política, a tratar de manipular al electorado; siguió con su línea de anteponer sus intereses a los del país.
Esta postura se nota en su empeño por promocionar desde la puesta de un clavo hasta tratar de saltarse los procedimientos. Recién nos enteramos, por ejemplo, que el Micitt busca fondos para donar computadoras, porque sabe que si las entrega como debe ser, a través de FONATEL, el gobierno no tiene la posibilidad de hacerse el autobombo.
Los fantasmas vuelven, dan miedo porque desestabilizan la economía y la sociedad, pero Nueva República es su alternativa para que no regresen más.