¿Y a cambio del paquete qué?
Arturo Jofré arturojofre@gmail.com | Viernes 04 noviembre, 2011
¿Y a cambio del paquete qué?
¿Habrá alguien o algún sector que se autoflagele y esté de acuerdo con pagar más impuestos?, por supuesto que no. El problema es que tenemos un déficit fiscal y hay que hacer algo. Nos gustaría que no fuera por la vía de los impuestos… pero la historia nos muestra que eso nunca ha ocurrido.
Las críticas al paquete se centran en tres temas: el gasto público y la recaudación, el empleo y en quiénes se verán afectados. Hay una fuerte presión por que el gobierno y las instituciones públicas se zoquen la faja y así no requerir nuevos impuestos. Se señala que hay derroche de recursos y exceso de personal en muchas instituciones. En esta línea históricamente se ha criticado la alta evasión de impuestos.
Si bien muchas instituciones se han desordenado y desviado de su misión, la razón principal es por la intromisión política en las mismas o la falta de interés por pedirles rendición de cuentas.
El último presidente que le entró con ganas a la probidad, eficiencia y eficacia de todas las instituciones públicas fue don León Cortés. Se le puede pedir al Gobierno que se zoque más la faja, pero no será viable una reforma profunda en este momento.
En cuanto a la evasión en el pago de impuestos, pocas veces se ha visto mejor desempeño que el que realiza la Dirección de Tributación actual, aunque el problema es gordo y complejo, ya que se ha generado una cultura de evasión.
El factor más delicado es el empleo. El desempleo es uno de los grandes focos de descontento en las sociedades desarrolladas y ha sido una epidemia en las menos desarrolladas. Hay que proteger a los nuevos emprendedores, a la pequeña y mediana empresa, generadora de empleo y desarrollo, no solo con protección tributaria, sino contra la tramitología que la obliga a permanecer en la informalidad.
En cuanto a las empresas con exenciones tributarias en zonas francas, es importante que quienes las defienden no caigan en la estrategia del miedo.
Al país le interesa la inversión extranjera directa, pero en una sociedad no hay intocables, todos debemos contribuir en la medida de nuestras posibilidades. Los empresarios deben sentarse a dialogar y proponer alternativas que les sirvan a sus empresas y al país, no creo que nadie esté sordo a los argumentos.
¿Quiénes se verán afectados con los nuevos impuestos? Sin duda todos. Se dice que el sistema seguirá siendo regresivo, que los pobres pagarán una proporción mayor de sus ingresos que los ricos, es cierto.
Es difícil dar vuelta a un sistema de la noche a la mañana. Veamos los ejemplos recientes. Se crea un impuesto a las casa de lujo y ¿qué ha pasado?, casi nada, de pronto como que no hay casas de lujo en el país.
Se les quiere poner un impuesto a los cigarrillos y el poder de los fabricantes de humo tiene todo paralizado en el Congreso. Se les quiere poner un impuesto a los casinos y… suma y sigue. Lamentablemente no es fácil hacer un sistema más justo, aunque se hable mucho de ello en las tribunas públicas.
Arturo Jofré
arturojofre@gmail.com
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